Las Lágrimas del Altísimo
Dios no se complace en la muerte del impío. Cada alma perdida duele en el corazón del Creador. No confundas juicio con frialdad. El Padre que vendrá con fuego, hoy todavía llora con misericordia. ¡Aprovecha ese llanto!
Ezequiel 33:11 – “Vivo yo, dice Jehová… que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva.”